Parece ser que la última moda en tatuajes que comenzó en Estados Unidos y que hace furor en algunos lugares del planeta, especialmente en Singapur.
El blanco de los ojos pasa a ser azul, rojo, verde o negro gracias a unas inyecciones de tinta, aplicadas entre la esclerótica y la conjuntiva. ¡El pigmento queda entre ambas capas y se extiende por todo el ojo!
El procedimiento no dura ni un minuto y su precio es de 1000 dolares, por suspuesto una vez tatuado no hay marcha atrás, es totalmente irreversible.
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